Antes de empezar os comento que la Ley de Protección de Datos me impide revelar datos de este paciente, ya que es menor de edad, por lo que el nombre que le he puesto no es su nombre verdadero. De la misma manera, tampoco daré más información de él sin el consentimiento de sus padres y/o tutores, ni en público ni en privado.
Alex es un chico que estudia bachillerato. Se puso en contacto conmigo a principios del curso pasado (2012-2013) con una problemática que desgraciadamente se refleja en la sociedad estudiantil de hoy en día; había suspendido 4 asignaturas y eso le había hecho repetir curso. Cuando conocí la historia estudiantil del chico en cuestión, pude comprobar que generalmente solía pasar de curso de manera justita, y la presencia de algunos problemas en su familia (fallecimiento de familiar muy próximo y otros) habían hecho que su rendimiento bajara y, teniendo en cuenta que ya de por si era bajo, esta bajada por mínima que fuera había desencadenado tantos suspensos y la repetición de curso.
Empezamos a trabajar juntos y me di cuenta de que había varios problemas a tratar. El problema más evidente era el conocimiento de las técnicas de estudio adecuadas para conseguir el éxito en los estudios. Hasta ese momento, sus padres le esquematizaban los apuntes y por tanto él no había aprendido a hacerlo. Este fue el primer paso; empezamos con esquemas de textos fáciles y fuimos subiendo su dificultad poco a poco. De esta manera, trabajamos autonomía en el estudio.
Al mismo tiempo, trabajamos problemas de confianza, motivación y decisión. Tras los suspensos, Alex no confiaba en si mismo (había desarrollado lo que en psicología se llama "indefensión aprendida", que viene a decir que "haga lo que haga no voy a aprobar, entonces, ¿para que me voy a esforzar?"), por lo que suspendía; y los suspensos no solo manchaban su currículo escolar, sino también le manchaban a él: cada suspenso le desmotivaba un poquito más. De esta manera, Alex entró en una espiral que lo hundía cada vez más, así que debíamos de romper este círculo vicioso por algún lado.
Y esa rotura vino, como os digo, con una inyección de confianza y con técnicas de estudio. Empezamos a preparar juntos los exámenes, a realizar los esquemas, a saber estudiar. La mejoría fue notable; de la noche a la mañana, Alex empezó a sacar buenas notas. Ya no era el que suspendía, ni el que aprobaba los exámenes por la mínima, ahora era otro Alex que empezaba a confiar en si mismo. Las alegrías por cada nuevo aprobado eran compartidas por toda la familia, quien tuvo un papel fundamental en el refuerzo de su esfuerzo. Los profesores también lo tuvieron en cuenta y así se lo hicieron saber a él y a la familia en reiteradas ocasiones, lo que aún motivó más a Alex a seguir así.
El curso terminó bien; aprobó todas las asignaturas y, dada su mejoría, decidí darle el alta. No obstante, a principio de este curso volvió a contactar conmigo aunque esta vez por un problema más fácil de resolver; se quedaba en blanco, y esto le impedía aprobar pues no era capaz de terminar los exámenes con las suficientes respuestas como para llegar ni al aprobado raspado. Nos dimos cuenta de que el problema venía por nervios y por estudiar de "memoria" (Alex había empezado el curso aprendiéndose los apuntes de memoria, y cuando no se acordaba de una palabra, se le perdía el hilo y ya no podía continuar). De nuevo hemos empezado a trabajar juntos, aunque esta vez nuestro trabajo se centra en relajación y comprensión.
Desde entonces, Alex está volviendo a sacar buenas notas. Nuestro camino sigue con el objetivo de que Alex pueda terminar el Bachillerato y poder acceder a la carrera que quiere realizar.
Con esfuerzo y constancia, se puede conseguir por muy difícil que parezca.
¡FELICIDADES!
MIREIA NAVARRO
Licenciada en Psicología CV10836
Servicio de psicología domiciliaria. Intervención en contextos naturales (Valencia, España).
CONTACTO:
601 293 025
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