6 sencillos pasos para solucionar CONFLICTOS FAMILIARES

La familia, como conjunto de individuos, sufre conflictos familiares de diversa índole que, en caso de no solucionarse de una manera correcta, pueden empañar las buenas relaciones entre los miembros. Los conflictos no solo deben tener lecturas negativas; un conflicto es una estupenda oportunidad para mejorar relaciones, clarificar necesidades y buscar soluciones consensuadas por todos los miembros.

No podemos evitar la aparición de estos conflictos, pero podemos moldear la gestión que la familia realiza de estas situaciones. Una buena gestión permite solucionar el problema de una manera sana, mientras que una mala o nula gestión permite acumular problemas y favorecer malas relaciones entre los miembros.

¿Cómo podemos aprender a solucionar conflictos familiares de una manera sana y adaptativa?

Aquí van unos pasos a seguir para conseguirlo:

1-Identificar el problema.

Todo conflicto nace a partir de un problema de raíz. Identificar este problema es el primer paso para buscar soluciones efectivas, que puedan solucionar el conflicto desde su base.

Para ello, deberemos reunir a toda la familia en un momento tranquilo y hablar del conflicto en cuestión. Deberemos contar con la garantía de que todos los miembros están dispuestos a colaborar con el fin de solucionar de la mejor manera posible el conflicto que nos ocupa. Es importante, por tanto, escuchar la versión de todas las partes; esto nos permitirá comprobar donde están las fisuras. Deberemos tener en cuenta las necesidades de cada miembro, así como los sentimientos que el problema está causando.

La comprensión de todas las partes y versiones es crucial. No deberemos, por tanto, restar valor a ninguna de las visiones, de la misma forma que deberemos preocuparnos de saber qué opina cada miembro del conjunto familiar sobre el problema que nos ocupa. De esta manera, si existe algún miembro que parece no abrirse en esta primera conversación, deberemos animarle para que lo haga.

2-Búsqueda de soluciones.

Una vez tengamos identificado y definido el problema, procederemos a buscar soluciones. Una buena técnica para recopilar posibles soluciones es realizar una “lluvia de ideas”, en la que cada miembro aporte sus posibles soluciones. Todas ellas se deberán tener en cuenta, aunque no todos estemos de acuerdo en todas. No deberemos menospreciar ninguna de las soluciones aportadas; por el momento solo estamos recopilando ideas. Si algún miembro no aporta soluciones, deberemos animarle a ello. Al fin y al cabo, en un primer momento, no desecharemos ninguna.

3-Evaluamos las soluciones que tenemos sobre la mesa.

Ya tenemos todas las posibles soluciones que se nos han ocurrido. Quizás sean demasiadas; es por ello que en este punto vamos a ir descartando aquellas menos útiles, más difíciles o que beneficien poco a los miembros.

Se evaluarán las ventajas e inconvenientes de cada solución, ayudándonos si es necesario de un papel para apuntarlas, de manera que quede bien clarificado. Todos los miembros de la familia deben de opinar sobre cada una de las soluciones, para encontrar aquella que mejor se adapte a todos.

Poco a poco iremos descartando aquellas soluciones más ambiguas, para quedarnos con un pequeño número de soluciones que pasarán a la fase siguiente.

4-Elegir la decisión adecuada:

Tras las evaluaciones dadas, escogeremos la mejor solución de manera consensuada. No es recomendable elegirla por mayoría de votos, pues con ello estaríamos fragmentando la familia en dos grupos: ganadores y perdedores. Se trata de buscar la solución de manera conjunta, en la que todos salgamos ganando.

Una vez tengamos la decisión elegida, seguiremos dejando el resto disponibles para poder recurrir a ellas en caso necesario.

5-Llevamos a cabo la solución elegida:

En este punto trabajaremos en establecer un plan de acción sobre la ejecución de la solución al problema. ¿Qué objetivos tendrá? ¿Cómo la vamos a ejecutar? ¿Qué expectativas tenemos?

Toda la familia debe verse involucrada en su consecución. Es importante, por tanto, determinar qué miembros se encargarán de las diferentes tareas que demande la solución. El trabajo debe de ser equitativo para todos.

Una vez tengamos planificada la ejecución de la decisión, la llevamos a cabo.

6-Evaluamos los resultados:

Una vez aplicada la solución y tras darse los primeros frutos, deberemos evaluar si los objetivos y expectativas se han cumplido o si, por el contrario, no ha funcionado como esperábamos y necesitamos llevar a cabo otra solución (si se da este caso, deberemos situarnos de nuevo en el punto 3 y elegir otra situación de las resultante “finalistas”).

Por tanto, deberemos responder a las siguientes preguntas: ¿El problema ha desaparecido, o en su defecto, se ha reducido? ¿Ha servido para que los miembros de la familia se sientan mejor y mejoren sus relaciones? ¿Ha afianzado la confianza entre miembros? ¿Ha servido para que, en futuros problemas familiares, la familia pueda solucionarlos de manera correcta?

Siguiendo estos pasos podemos conseguir resolver los problemas familiares que vayan surgiendo de manera que todos los miembros de la familia puedan beneficiarse. La escucha de todas las versiones, así como la búsqueda de soluciones consensuadas ayudan a crear un clima de unión, respeto y trabajo que favorecerá la convivencia familiar.

¿¿QUIERES SABER MÁS SOBRE CÓMO SOLUCIONAR CONFLICTOS??

Te invito a que leas mi artículo "Los conflictos familiares. 3 estrategias para afrontarlos" que publiqué en Psicopedia. 

¿NECESITAS AYUDA?
Recuerda que estoy a tu disposición para ofrecerte la ayuda que necesitas. 
Realizo mis consultas a domicilio (Valencia, España), para mayor comodidad del paciente. 
Si no resides en Valencia (España), podemos llevarla a cabo online. Se trata de una atención personalizada conmuchas ventajas.  

MIREIA NAVARRO
Licenciada en Psicología CV10836
Servicio de psicología domiciliaria (Valencia, España).
Psicóloga online.

CONTACTO: 
601293025
m.psicologa.educativa@gmail.com
Qoolife

    Cada vez somos más en Facebook. ¿Aun no me sigues?  ¡Pincha aquí!