Aunque el castigo no es la técnica conductual más recomendable para modificar conductas, se usa de manera habitual.
Y, para según que conductas, tiene su efecto. Ahora bien; ¿sabes cómo debes aplicarlos? Y más importante todavía; ¿Sabes que cosas son las que NO debes usar como castigo?
Aquí van las 5 COSAS CON LAS QUE NO DEBES CASTIGAR. ¡Tenlas en cuenta!
Hoy vengo con uno de esos posts prácticos, que creo que puede serviros de gran ayuda a la hora de manejar la conducta de vuestros hijos. Me centraré en una técnica de conducta en particular; EL CASTIGO.
Este artículo nace a raíz de observaciones personales y profesionales que he ido haciendo desde hace un tiempo hasta aquí, dándome cuenta de los fallos que muchos padres aplican a la hora de intentar encaminar la conducta de sus hijos.
Basta está decir, como me habéis escuchado (y leído) afirmar muchas veces, que la técnica conductual más efectiva es el REFUERZO, más incluso que el CASTIGO, porque con ella el niño entiende lo que hace bien, y esto refuerza su autoestima. Pero esto no quiere decir que no tengamos que aplicar el CASTIGO. Existen conductas que se deben refrozar, y existen conductas que se deben castigar. Que conductas "merecen" cada una de estas técnicas nos llevaría largo rato de escritura (por mi parte) y lectura (por la vuestra), y lo dejaré para otra ocasión.
Hoy me centro en aquellas cosas que NO debemos usar para castigar; es decir, aquellas consecuencias que NO se deben dar como castigo.
Y dicho esto, empezamos:
EL CASTIGO. ¿QUE ES?
El castigo es una técnica conductual que consta en presentar un elemento y/o conducta desagradable como consecuencia de un mal comportamiento.
Por ejemplo:
Hasta que no ordenes tu habitación, no saldremos a la calle.
Como has suspendido el examen, no tendrás tu videoconsola.
Por cada palabrota que digas, deberás pagar 2€.
La persona castigada aprende que su conducta disruptiva ha tenido una consecuencia desagradable, y para evitar que vuelva a tenerla, dejará de realizar dicha conducta. Es decir, el objetivo del castigo es bajar la frecuencia de la conducta que queremos eliminar, hasta eliminarla por completo.
¿QUE CASTIGOS SON LOS MEJORES?
Los castigos, así como los refuerzos, deben aplicarse según los gustos y la personalidad del niño. Para ello debemos conocer a nuestro hijo/alumno/paciente, pues las consecuencias deben crear en él un sentimiento de refuerzo o castigo.
Por ejemplo, no puedo castigar a mi hijo a no ir al cine, si el cine no le gusta; porque este castigo se convierte, entonces, en un refuerzo.
De esta manera, los castigos y refuerzos deben asignarse en función de los gustos y personalidad de quien los recibe.
Por ello mismo es imposible contestar que castigos son los mejores sin antes conocer al receptor de ellos.
Pero si que puedo contestar a la pregunta contraria: ¿Que castigos son los peores?
¿QUE CASTIGOS SON LOS PEORES?
Antes de entrar en materia, necesitamos saber que cualquier cosa que usemos como castigo repetidas veces, se le atribuirá un valor negativo. De la misma forma que cualquier cosa que usemos como refuerzo en repetidas veces, se le obtendrá un valor positivo.
Por ejemplo, el niño que es castigado a comer espinacas, porque no le gustan, terminará por darle un valor negativo a las espinacas.
De la misma manera, el niño que es reforzado con una estrella pintada en la mano, terminará por darle un valor positivo a la estrella.
Y estos valores, mientras no cambien sus contingencias, seguirán siendo así.
Una vez dicho esto:
Existen 5 de elementos con los que nunca deberemos castigar, justamente por los valores que se les puede asignar. Estos son:
1-LOS ESTUDIOS.
Conozco a algunas madres que castigan a sus hijos a "hacer más deberes" o "¡¡a tu cuarto a estudiar!!". Esto me parece, cuanto menos, ilógico.
Queremos que nuestros hijos sean estudiosos, que se esfuercen, que saquen buenas notas. Que se enfrenten al estudio con ánimo, con ganas, de manera positiva. Pero luego estamos castigándoles con eso mismo, propiciando a que los estudios tengan, para ellos, un valor negativo. ¿En que quedamos, entonces?
Si el niño aprende que estudiar y/o hacer deberes es una consecuencia negativa, lógicamente no se va a enfrentar a esta tarea de manera positiva. Nosotros nos habremos encargado de convertir una actividad que necesita ser positiva, en negativa. ¡Mucho ojo!
Los estudios no deben ser castigos, deben ser conductas reforzadas.
2-LA COMIDA.
En este tema hay bastante disparidad de opiniones, también entre psicólogos. Según como se aplique el castigo con la comida, puede ser efectivo, o no (en mi opinión).
Existen diferentes castigos que podemos emplear con la comida:
-Como no te has comido lo que había en el plato, lo vuelves a tener para cenar: Esto de repetir comidas para que el niño mantenga una alimentación variada cuando es mal comedor, lo veo aceptable. Siempre y cuando la comida siga estando en buenas condiciones.
-Como no has recogido tu habitación, hoy te quedas sin cenar:
Esta aplicación es la que no debería darse. Existen muchas más cosas con las que castigar que con una comida. El niño pasa hambre, se vuelve más irritable, y la rueda del malestar crece. Y es muy probable que después de unas horas terminemos cediendo y dándole algo para cenar, lo que tiraría por tierra los efectos del castigo. Además, ¡el niño, en pleno crecimiento, necesita alimentarse y nutrirse!
Si el niño es mal comedor, no propicies que construya una visión negativa de la comida. En vez de ello, refuerza sus pequeños avances para darle ánimos y fuerzas a seguir comiendo.
3-LAS VALORACIONES NEGATIVAS
Por suerte no es lo normal, pero existen todavía algunos padres que infravaloran habitualmente a sus hijos con valoraciones negativas. Alguna vez que he tenido la oportunidad de preguntar a algún padre sobre estas valoraciones he recibido como respuesta "lo hago para ver si así espabila".
Perdona... ¿¿"Para ver si así espabila"??
Un niño al que le repiten constantemente valoraciones negativas no espabila. Se retrae más, termina por aceptar estas valoraciones como ciertas y se las termina creyendo él también, limitando su vida. Creo que esta no es la forma de espabilar que quieren estos padres.
En lugar de infravalorar, deberemos reforzar las conductas que haga bien. Así cuidaremos su autoestima, al mismo tiempo que conseguiremos que estas buenas conductas aumenten, que seguramente serán incompatibles con las conductas que castigamos con infravaloraciones.
No te cargues la autoestima de tu hij@. En unos años, la necesitará para salir adelante él solo.
4-DELEGAR EL PODER
Son las típicas madres (si, generalmente son ellas, aunque también hay casos en los que se da al revés) que amenazan con: ¡¡"Ya verás cuando venga tu padre!!"
¿Que queremos las madres? Que nuestros hijos nos respeten, nos hagan caso, nos vean como una figura de autoridad, nos quieran, y un sinfín de respuestas más, todas del mismo estilo.
¿Que estamos haciendo las madres con esa amenaza? Enseñarle al niño que "aquí el que manda es papá", "a mi me puedes tomar el pelo, pero a él no", "conmigo puedes hacer lo que quieras", "aquí la figura de autoridad es papá, no yo". Y el niño, se lo cree.
No delegues el poder sobre otra persona; coge la parte que te corresponde y toma decisiones. Tu hijo te verá como una figura de poder y te respetará. Si te pierde el respeto, estás perdida. Sobre todo a medida que "el pequeño" vaya creciendo.
5-EL CASTIGO FÍSICO
De todas las posibles cosas que NO debemos usar para castigar, esta es, sin duda, la más preocupante.
Antes de aplicar cualquier castigo, debemos preguntarnos: ¿Que voy a enseñar con este castigo?
Y respondernos, claro.
¿Que voy a enseñar con el castigo físico?
-Que mi hijo tenga miedo a sus propios padres.
-Que lo que ha hecho "está mal", pero sin instruirle en lo que "está bien" (la conducta positiva que puede realizar la próxima vez).
-Que mi hijo aprenda que la fuerza es el medio para conseguir lo que uno desea.
-Que aprenda que la violencia es un recurso que podemos usar siempre que queramos.
Además, tal y como está la ley, el castigo físico puede traer importantes consecuencias legales para quien lo aplica sobre un menor. Si son los padres, se pone en juego la tutela del menor y la patria potestad. Por tanto es para tenerlo muy en cuenta.
Estos son los 5 instrumentos que NO deberemos usar para castigar. Existen muchos más instrumentos que pueden resultarnos útiles y que además son mucho más instructivos.
Entiendo que elegir el castigo adecuado es bastante complicado, sobre todo en momentos de tensión y enfado. Pero espero haberos dado unas directrices con este post.
Si te ha servido de ayuda, compártelo en tus redes sociales.
¡Gracias por las lecturas!
MIREIA NAVARRO
Licenciada en Psicología CV10836
Servicio de psicología domiciliaria (Valencia, España).
Psicóloga online.
CONTACTO:
601293025
m.psicologa.educativa@gmail.com
Qoolife
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